Por Ana María Ros – Consultora en Comunicación y Redes Sociales – La llegada de Internet y las nuevas tecnologías ha revolucionado las comunicaciones, brindando rapidez y cercanía. Tanto los discursos y entrevistas de los políticos como los mensajes escritos se basan en la palabra.
En la práctica, el marketing político a menudo se asocia con la búsqueda de votos durante las campañas electorales, donde los candidatos son parte de una organización dirigida por los responsables de campaña nombrados por el partido. Cada campaña electoral suele tener estrategias y componentes diferenciados tanto en su contenido como en su forma.
En los últimos tiempos, se ha visto un aumento en el uso de empresas especializadas en campañas electorales que trabajan para partidos políticos de diferentes tendencias. Esto ha llevado a centrarse en la diferenciación de los candidatos, basada más en aspectos formales que en el contenido de sus programas electorales.
El candidato se presenta como un producto más dentro del mercado, junto con el partido político y las promesas electorales. Es una perspectiva tecnocrática de las campañas electorales.
Desde el punto de vista del análisis del mensaje como indicador de las acciones que tomarán los candidatos en caso de ganar las elecciones, solo las campañas centradas en los votantes brindan información relevante. En estas campañas, la estética no es el objetivo principal, sino la eficacia del voto. Se intenta abordar las preocupaciones específicas de los votantes, presentando acciones que pueden interpretarse como promesas electorales. Esto implica romper la noción de intercambio de intereses y establecer una conexión entre los votantes y los candidatos con un objetivo común, creando una simbiosis.
Una vez que la campaña electoral llega a su fin, desaparece la estructura creada. El electorado asume ahora la tarea de controlar si las promesas realizadas durante la campaña se cumplen o se quedan solo en declaraciones de intenciones. En este sentido, los politólogos suelen argumentar que las elecciones no suelen ser ganadas por un partido de oposición, sino más bien perdidas por el partido en el poder.
De ahí la importancia de saber comunicar no solo durante la campaña sino durante toda la legislatura, independientemente del lugar que el candidato ocupe en función de los resultados (gobierno u oposición).
La campaña electoral no termina con el cierre de las urnas. Es cierto que el día de las elecciones es el momento culminante donde los ciudadanos ejercen su derecho al voto y se decide el resultado final. Sin embargo, la comunicación política y el trabajo de los líderes políticos no deben detenerse ahí.
El día siguiente a las elecciones marca el comienzo de una nueva etapa en la que la atención se centra en la implementación de las promesas y compromisos realizados durante la campaña. Es en este momento que la comunicación política desempeña un papel crucial para mantener una conexión sólida y continua entre los líderes y la ciudadanía.
Es fundamental que los líderes políticos sigan comunicándose de manera efectiva, transparente y cercana con la ciudadanía. Esto implica informar sobre los avances en la implementación de las políticas propuestas, mantener un diálogo abierto con la sociedad, escuchar sus inquietudes y opiniones, y estar dispuestos a realizar ajustes y mejoras en función de las necesidades de la población.
Por eso, no hemos de olvidarnos de los cuatro pilares estratégicos en el marketing político: la propuesta política, el discurso y la imagen política, y la estrategia política postelectoral que están asociados a las estrategias políticas, de comunicación y publicitarias.
1. La propuesta política
La propuesta política es un elemento fundamental en el marketing político, ya que se refiere a las ideas y políticas que un candidato o partido presenta a los votantes. Es el conjunto de propuestas y medidas que se ofrecen como soluciones a los problemas y desafíos que enfrenta la sociedad.
Es un elemento clave para diferenciarse de la competencia y captar el apoyo de los electores, comunicando de manera efectiva los objetivos y las políticas que se pretenden implementar.
En el marketing político, la propuesta política se centra en comunicar de manera clara y convincente cuál es la visión, los objetivos y las políticas que el candidato o partido pretende implementar si es elegido. Esta propuesta busca diferenciarse de los competidores y captar la atención de los votantes, ofreciendo soluciones concretas a los problemas existentes.
Para desarrollar una propuesta política efectiva, es importante tener en cuenta diversos aspectos:
1. Análisis de la situación: Se realiza un diagnóstico de los problemas y desafíos que enfrenta la sociedad, identificando las necesidades y preocupaciones de los votantes.
2. Definición de objetivos: Se establecen los objetivos y metas que se pretenden alcanzar a través de la propuesta política, enfocándose en áreas específicas como economía, educación, salud, medio ambiente, seguridad, entre otros.
3. Diseño de políticas y medidas: Se elaboran políticas y medidas concretas que aborden los problemas identificados y respondan a las necesidades de la sociedad. Estas políticas deben ser viables, realistas y factibles de implementar.
4. Comunicación efectiva: Se utiliza el discurso político y estrategias de comunicación para transmitir de manera clara y persuasiva la propuesta política a los votantes. Se enfatiza en los beneficios y resultados que se espera obtener con la implementación de dichas políticas.
Es importante destacar que la propuesta política debe ser coherente con los valores y principios del candidato o partido, y debe ser presentada de manera atractiva y comprensible para el electorado. Además, se busca generar confianza y credibilidad, demostrando que se tiene la capacidad y el compromiso para llevar a cabo las políticas propuestas.
2. El discurso político
El discurso desempeña un papel fundamental en el ámbito del marketing político. Se trata de la herramienta principal utilizada por los políticos para comunicar sus propuestas y convencer a los votantes. El discurso político se basa en la palabra y abarca diferentes niveles estratégicos, como la propuesta política, el discurso político en sí mismo y la imagen política.
Es clave para transmitir las propuestas políticas, persuadir a los votantes y construir una imagen política sólida. Los políticos emplean diversas técnicas de comunicación verbal y no verbal para influir en la opinión pública y obtener el apoyo necesario para alcanzar sus objetivos políticos.
El objetivo del discurso político es captar la atención y ganarse el apoyo de los votantes. Para lograrlo, los políticos deben dominar diferentes técnicas comunicativas, como el uso de un lenguaje claro y persuasivo, la inclusión de ejemplos y testimonios impactantes, y la creación de emociones positivas o de identificación con los problemas y preocupaciones de la ciudadanía.
El discurso político también se adapta a diferentes contextos y audiencias. Los políticos pueden ofrecer discursos en mítines, debates, entrevistas o a través de medios de comunicación como la televisión y las redes sociales. Cada plataforma requiere un enfoque distinto, pero la meta principal es transmitir un mensaje coherente y convincente que conecte con los intereses y necesidades de los votantes.
Además, el discurso político está estrechamente vinculado a la construcción de la imagen y la marca personal de los políticos. La forma en que se expresan, su estilo de comunicación, su carisma y autenticidad influyen en la percepción que tienen los votantes sobre ellos. Es fundamental construir una imagen sólida y coherente que genere confianza y credibilidad.
3. La imagen política
La imagen del candidato juega un papel crucial en el marketing político, ya que es la percepción que los votantes tienen del candidato y su capacidad para ocupar un cargo público. Esta imagen se construye a través de diversos elementos, como la apariencia personal, el carisma, la forma de comunicarse y la reputación del candidato.
En el marketing político, se busca proyectar una imagen positiva y favorable del candidato, que genere confianza y credibilidad en los votantes. Para ello, se utilizan estrategias de comunicación y manejo de imagen que resalten las cualidades y fortalezas del candidato, al mismo tiempo que se minimizan o contrarrestan posibles aspectos negativos.
Algunos elementos clave para construir la imagen del candidato son:
1. Apariencia personal: La forma en que el candidato se presenta físicamente es importante, ya que crea una primera impresión en los votantes. Se cuida el aspecto personal, la vestimenta y los gestos, buscando transmitir una imagen profesional y confiable.
2. Carisma y habilidades de comunicación: Un candidato carismático y con habilidades de comunicación efectivas puede conectar mejor con los votantes. Se busca generar empatía y cercanía a través del discurso, la expresión facial y el lenguaje corporal.
3. Reputación y trayectoria: La reputación y trayectoria del candidato también influyen en su imagen. Se resaltan los logros y experiencia previa que respalden su capacidad para ocupar el cargo público. Además, se evita asociarse con situaciones o escándalos que puedan afectar negativamente su imagen.
4. Valores y mensajes clave: Se define un conjunto de valores y mensajes clave que se asocian con el candidato y se comunican de manera consistente. Estos valores y mensajes ayudan a construir una identidad política y a diferenciarse de los competidores.
5. Presencia en medios de comunicación y redes sociales: La presencia del candidato en medios de comunicación tradicionales y en redes sociales es fundamental para proyectar y gestionar su imagen. Se utilizan entrevistas, discursos, debates y publicaciones en redes sociales para transmitir los mensajes clave y fortalecer la imagen del candidato.
Una imagen positiva y favorable contribuye a generar confianza y captar el apoyo de los votantes.
4. La estrategia política postelectoral
La comunicación política postelectoral es clave para mantener la confianza de los ciudadanos y demostrar que los líderes están comprometidos con sus promesas. Sin embargo en muchísimas ocasiones muchos equipos parecen olvidar del gran peso que tiene la estrategia política postelectoral en la visión que la ciudadanía tiene de una formación durante la legislatura.
De ahí que sea de vital importancia trabajar una comunicación clara y efectiva para construir una relación duradera y fortalecer la participación ciudadana en la toma de decisiones.
Además, es importante destacar que la comunicación política no se limita solo a los líderes políticos, sino que también involucra a los partidos políticos, las instituciones y la sociedad en su conjunto. Todos tienen un papel que desempeñar en la construcción de una comunicación política sólida y efectiva.
Recuerda que la campaña electoral no termina con las elecciones, sino que evoluciona hacia una nueva fase en la que la comunicación política desempeña un papel fundamental.
Es a través de una comunicación cercana, transparente y continua que los líderes políticos pueden mantener la confianza de la ciudadanía y trabajar en conjunto para lograr el bienestar y progreso de la sociedad.
La comunicación política postelectoral juega un papel crucial en el fortalecimiento de la democracia y en el mantenimiento de una relación sólida entre los líderes políticos y la ciudadanía.
Después de las elecciones, es fundamental que los líderes continúen comunicándose de manera efectiva y transparente para mantener la confianza y el compromiso de la sociedad.
La importancia de la comunicación política postelectoral radica en varios aspectos clave:
• En primer lugar, permite informar a la ciudadanía sobre el progreso y la implementación de las políticas prometidas durante la campaña electoral. Los líderes políticos deben ser transparentes en cuanto a los avances realizados, los desafíos encontrados y los resultados obtenidos. Esto ayuda a mantener la confianza de la ciudadanía y a demostrar que los líderes están cumpliendo con sus compromisos.
• En segundo lugar, la comunicación política postelectoral es una oportunidad para fomentar el diálogo y la participación ciudadana. Los líderes deben estar dispuestos a escuchar las preocupaciones y opiniones de la sociedad y a responder a ellas de manera efectiva. Esto implica establecer canales de comunicación abiertos y accesibles, como reuniones públicas, foros de discusión, redes sociales y otros medios que permitan a los ciudadanos expresar sus inquietudes y contribuir a la toma de decisiones.
Además, la comunicación política postelectoral desempeña un papel importante en la construcción de consensos y en la búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrenta la sociedad.
A través del diálogo y la comunicación efectiva, se pueden encontrar puntos de encuentro y trabajar en conjunto para alcanzar metas comunes. Esto implica la capacidad de los líderes políticos para persuadir, negociar y construir alianzas con otros actores políticos, sociales y económicos.
Por último, la comunicación política postelectoral contribuye a mantener una relación duradera entre los líderes y la ciudadanía. Al comunicarse de manera regular y transparente, los líderes políticos pueden construir una conexión sólida con la sociedad y generar confianza a largo plazo.
Esto es fundamental para fortalecer la democracia y garantizar la participación ciudadana en la toma de decisiones.
En resumen, la comunicación política postelectoral es esencial para mantener la confianza, fomentar el diálogo y la participación ciudadana, buscar soluciones conjuntas y construir una relación duradera entre los líderes políticos y la sociedad.
Es a través de una comunicación efectiva y transparente que se fortalece la democracia y se trabaja en conjunto para lograr el bienestar y progreso de la sociedad.
Ana María Ros
Consultora en Comunicación y Redes Sociales